¡Germán Tenderini, firme, muerto en acto del Servicio!

9 de diciembre de 2009

De esta forma recordamos en la perpetuidad de nuestra lista de asistencia al primer mártir de la Compañía de Guardia de Propiedad y del Cuerpo de Bomberos de Santiago. Han pasado ya 139 años desde aquel oscuro día de 1870, más específicamente un 8 de diciembre, fecha que muchos compatriotas celebraban en el regocijo de sus creencias religiosas, pero que para nuestra Compañía se convirtió en un día que se recordaría por siempre.

 

El hombre

Nació en Italia, fue artista y un gran soñador. Entre sus más anhelados deseos figuraba el bienestar y la felicidad para si y para sus semejantes. Siendo joven y antes de abandonar su patria, movido por ese inmenso amor al prójimo que anidaba en su noble corazón, se enfrentó arriesgando su propia vida, a la terrible enfermedad del cólera.

Una vez en Chile, país que convirtió en su segunda patria, encontró vastísimo campo para practicar lo que en él era una vital necesidad: ¡Servir!

Concentrando sus preocupaciones en la situación social de los obreros y artesanos, ingresó a la Sociedad de Artesanos La Unión, donde alcanzó el titulo de Vicepresidente, y al Club de Obreros, donde volcó con abundancia su bondad, dinero y enseñanzas. Entre sus variadas actividades también se cuenta su participación como miembro activo del Club de la Reforma.

Por sus virtudes fue invitado a integrar las filas de la Logia Masónica Justicia y Libertad Nº 5. En ella perfeccionó sus sentimientos de igualdad, fraternidad y tolerancia.

 

El Bombero

Perteneció a la Sesta Compañía de Bomberos de Valparaíso Bomba Italia «Cristoforo Colombo», creando la colectividad Italiana más antigua de América del Sur (1858). Como buen emigrante Italiano fue parte de los fundadores de la Compañía, junto con otros 71 italianos. Prestó servicios a la Compañía desde 1858 hasta 1862 y por motivos personales se radica en Santiago.

Siempre buscando la mejor manera de servir, encontró en el Cuerpo de Bomberos de Santiago la instancia adecuada para la realización de sus principios. Es así como ingresó a la Compañía de Guardia de Propiedad el 13 de octubre de 1865, conquistando desde el primer momento la consideración y el aprecio de sus compañeros.

En 1867 fue elegido para servir el cargo de Sargento Cuarto. Un año después es designado Teniente Cuarto y en el mes de julio de ese mismo año, al quedar vacante el cargo de Teniente Tercero, es elegido para servir dicho cargo. Es reelegido en 1869 y 1870.

El 8 de diciembre de 1870 asistió a la Sesión de Compañía, recibiendo nuevamente el aprecio y confianza de sus cofrades, quienes lo reeligen como Teniente Tercero.

 

La tragedia

En la noche de ese día, comenzaron a sonar las campanas de emergencia de bomberos en la capital. El incendio se había originado en el Teatro Municipal, después de una función de la cantante lírica Carlota Patti. Los relatos cuentan que cuando el espectáculo llegó a su fin, el telón al caer rompió con sus extremos una cañería de gas de alumbrado. El personal del Teatro recorrió todo el escenario buscando el sitio exacto de la avería. Se sospecha que la llama de un farol encendió el gas acumulado. Todos los elementos que se encontraban sobre el escenario eran altamente inflamables por lo que el fuego se propagó con mucha rapidez.

Al rescate concurrieron, entre otros, el Teniente Germán Tenderini y el Voluntario Arturo Villarroel, pertenecientes ambos a la Compañía de Salvadores y Guardia de Propiedad. Juntos a ellos se encontraba Santos Quintanilla, empleado del Teatro, quien se había dirigido hacia el escenario intentando extinguir el foco del incendio.

Cuando el incendio fue sofocado los voluntarios pasaron lista. El único que no respondió fue Tenderini. Su cuerpo fue encontrado calcinado dos días después entre los escombros de Teatro Municipal. Cercano a él se encontró a Quintanilla.

Había muerto el primer mártir de Bomberos de Santiago en un acto servicio, siniestro en el que Germán Tenderini escribió una lección de abnegación que marcó para siempre el camino de entrega y sacrificio que los bomberos voluntarios jamás deberán olvidar.

En esta ocasión queremos compartir un documento de valor histórico incalculable, el cual permanece celosamente guardado en la biblioteca de nuestra Cuartel. Se trata del Libro de Novedades del año 1870, libro que contiene de puño y letra del «Capitán Dinamita» Arturo Villarroel los hechos ocurridos en aquel fatídico e imborrable 8 de diciembre y del cual podemos destacar los siguientes párrafos.

 

«Como a las 11 3/4 PM de anoche nos encontrábamos cerca del teatro con varios bomberos i Quintanilla cuando sentimos las primeras alarmas… Nos dirijimos precipitadamente al teatro, i después de algunos esfuerzos llegamos con Tenderini al proscenio donde se nos juntó Quintanilla (…) Nos encontrábamos en una parte elevada de las tramoyas; al olor que producía el incendio me sentí con la garganta oprimida, desvanecida la cabeza, i un zumbido en los oídos. Mis compañeros debieron sentirse probablemente tan desvanecidos y sofocados como yo por el humo i el olor de las sustancias que ardían (…) En estos momentos Quintanilla trata de sostenerse con fuerza (…) de mi ropa, i me dice:

– Me ahogo! Me muero!

Me apoyé por un instante no sé en qué, pero luego caímos ambos. Desde entonces no sé lo que pasó».

«Un recuerdo del compañero muerto. Tenderini era el primero en quien se habían hecho notar los efectos del humo i de la opresión del pecho. Se sentía desfallecer i le grité como amigo:

– Viva Italia! Tenderini.

– Viva la República, me contestó, saludando con entusiasmo la reciente emancipación de su patria».

 

Tenderini    Tenderini    Tenderini

 

Teatro Municipal

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