Luego de acudir a la Convocatoria que el visionario y filántropo don Luis Claro y Cruz hiciera a la comunidad en el matutino El Ferrocarril, la Compañía de Guardia de Propiedad (Sexta), con fecha 20 de Diciembre de 1863, conforma una oficialidad provisoria con el Director don Manuel Antonio Matta y su Capitán don Alejandro Lurquín. Días después, el 6 de Enero de 1864, llama a reunión nuevamente en las oficinas del Club de la Unión Liberal para escoger, mediante sufragio, su nueva oficialidad y además tratar puntos tan importantes como la organización de la nueva Compañía naciente con su especialidad de Salvamento.
Entre sus primeros voluntarios se encontraban hombres de las más variadas actividades y principalmente integrantes de las familias de la alta sociedad santiaguina. Por otro lado, en su sección de Auxiliares, la Sexta estructuró este grupo con la mayoría de los funcionarios que habían formado en los Zapadores Municipales. Según escritos, se temía que muchos auxiliares no demostrarían mayor interés por continuar en las filas, al conocerse la noticia que esta nueva labor no sería remunerada (como así lo había sido el trabajo como zapadores municipales). Sin embargo esto no ocurrió, convocando un extraordinario contingente que a la postre, significó que la Sexta fuera la Compañía con más auxiliares en sus filas.
El Primer Cuartel de la Sexta fue el cedido por el Gobierno al Cuerpo de Bomberos, en donde antiguamente funcionara el Cuartel de los Húsares. Calle Santo Domingo y esquina Puente. No obstante la amplitud y estratégica ubicación de este local, la oficialidad del Cuerpo dispone en 1873 el traslado de la Sexta, a un nuevo inmueble ubicado en la Alameda de las Delicias; entre la Iglesia San Diego y la casa central de la Universidad de Chile. La Compañía de Guardia de Propiedad, habita este Cuartel por más de treinta años hasta lograr su traslado en 1908 a un Cuartel provisorio ubicado en calle Bandera N° 880.
Escasa Fotografía del Cuartel de Delicias, a un costado de la Universidad de Chile.
Según consta en los registros del día 25 de Mayo de 1865, a éste grupo humano, se le asignaron los siguientes enseres para el trabajo propio de un Compañía: 24 sillas con brazo, confeccionados con respaldo de junco; 6 sillas de poltronas con asiento confeccionado en junco; 1 mesa de escritorio; 3 transparentes para las ventanas; 4 lámparas de a gas y finalmente, dos libros: Uno para el Registro de Guardia (Novedades) y otro para las Actas de Sesiones de Compañía.
Las primeras máquinas en ser usadas en el trabajo de extinción de Incendios, fueron pobres y desarmados carretones de mano, desprovistos de cualquier bronce y lujo. Su misión era la de trasladar baldes, cuerdas (vientos), ganchos o ficheros, hachas, antorchas, mantas de salvamento y deslizadores entre otros.
Atendiendo a las demandas del servicio, en el año 1882, y bajo la capitanía de don Julio Bañados, se solicita a la superioridad del Cuerpo, los recursos para confeccionar una plataforma con ruedas mucho más sólida y dotada de una escala de tres cuerpos y 20 pies de altura. Las dimensiones y peso de este nuevo material mayor, obligan a la incorporación de percherones para las labores de traslado de estas nuevas y colosales plataformas. En la historia de la Sexta, se incorpora para el servicio de arrastre del material a los siguientes y vigorosos caballos hasta ser retirados a la llegada de carros mecánicos: Palique, Boyer, Tirano, Maipo, Fiscal, Mapocho y Salitre.
La Mecánica Magirus, “La Matta”. Tirada por dos de los percherones de la Sexta.
A.P.S.