Quien iba a imaginar que una noble y desinteresada causa iba a tener una larga vida como la que ha tenido. Quizás en un lejano siglo XIX era absolutamente esperable sobrellevar una empresa voluntaria, romántica, idealista, dispuesta a entregar lo mejor de sí, incluso la vida de sus mejores hombres, y sin recibir mayor recompensa que la satisfacción de haber ayudado a quienes lo necesitaban.
Han pasado 148 años desde que esta ideal institución nació. 148 años en que hemos crecido junto a nuestro Santiago, y en los que hemos sido mudos testigos de los momentos más felices para nuestra sociedad, como también de los menos afortunados.
Testimonio también damos, por medio de nuestra historia escrita, de los cambios profundos que ha experimentado nuestra patria, del surgimiento de nuevos peligros para nuestra gente, de las diferentes costumbres que han nacido y han sucumbido a través del tiempo, del desarrollo tecnológico que nos ha obligado a tecnificar nuestras tareas para cumplir mejor nuestro cometido.
Pese a esto nuestro espíritu original sigue inapelablemente siendo el mismo. Los bomberos seguimos siendo aquellos idealistas románticos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos para servir a la comunidad. Increíblemente, los bomberos seguimos corriendo y vibrando con competencias que nadie entiende, seguimos firmes a la idea de que nuestro trabajo seguirá siendo Voluntario, o seguimos sintiendo ese sobresalto fulminante en el pecho cuando vamos a un incendio, tal como si fuese el primero. Seguimos venerando a nuestros viejos, porque los bomberos no jubilan nunca, y que mejor que contar con la historia viva de nuestra noble institución.
Esta Sexta llena de historia, que ha llorado a Germán, a José Gabriel, a Carlos y a Alberto, seguirá por largos años más entregándose a su Santiago, al igual que a sus tres hermanas de fundación, Primera, Segunda y Tercera, ya que en ellas está la génesis de nuestro espíritu, en ellas está guardado el tesoro más grande, cual es el fuego más antiguo que mantiene viva la llama que alumbra el alma del servicio anónimo y desinteresado.
Feliz cumpleaños a todos los sextinos y a todo nuestro querido Cuerpo de Bomberos de Santiago.