La Institución desea rendir un merecido y sentido homenaje al voluntario Eduardo Guzmán Correa, quien, con profunda vocación de servicio, ha dedicado más de cinco décadas a la noble labor bomberil, entregando su vida al compromiso con la comunidad y a la búsqueda constante de la excelencia institucional.
Nacido el 26 de marzo de 1952, inició su camino en el servicio en la Brigada Los Cerrillos, ingresando a los 17 años. Fue en ese espacio donde forjó los valores que lo acompañarían a lo largo de su distinguida trayectoria. Ya alcanzada la mayoría de edad, el 17 de marzo de 1971, se incorporó oficialmente a la Decimoséptima Compañía, donde prestó servicios en dos periodos distintos, acumulando un total de 30 años de entrega, compromiso y vocación.
El 14 de julio de 2006, por giros del destino que solo la vida puede explicar, cambió su cucarda de la Bomba Los Cerrillos por la del Seis de Oro, compañía a la que pertenece hasta el día de hoy, y en la cual ha continuado con su invaluable labor voluntaria. Es bajo esta cucarda que recibe, con honor, su premio de constancia por 50 años de servicio, un reconocimiento reservado para quienes comprenden profundamente la grandeza del deber cumplido.
Durante su paso por la Bomba Los Cerrillos, ocupó el cargo de Director en dos periodos, y en la Compañía de Salvamento ha ejercido funciones como Consejero de Disciplina y Tesorero, este último durante cinco periodos consecutivos, desempeños que reflejan no sólo su compromiso, sino también su liderazgo, responsabilidad y altura moral ante los desafíos institucionales.
Vaya para nuestro nuevo Miembro Honorario el más cariñoso y respetuoso reconocimiento, que no pretende más que sintetizar en estas líneas toda una vida de enseñanza y servicio que Eduardo Guzmán Correa ha entregado a la causa bomberil. Su ejemplo ha contribuido al fortalecimiento de la disciplina y la rigurosidad que caracterizan a un voluntario honorario, enseñándonos la diferencia entre estar comprometido e involucrado con la compañía, y regalándonos, además, innumerables momentos de fraternidad en la vida de cuartel que tanto valora la Sexta Compañía.
