24 de Agosto de 2013. La Sexta se dio cita anoche en el Salón de Sesiones para descubrir el retrato de uno de sus hijos que hace tan solo unos meses partió hacia lo desconocido.
Para nadie en la Sexta era un misterio que a la muerte de don Luis Mario Cándia Henríquez, se debía aprobar la instalación de su retrato en el Salón de Sesiones junto a los otros dos mártires de calle Amunátegui: (Carlos Cáceres y Alberto Cumming). Una vez cumplidos los requisitos reglamentarios tras algunas gestiones efectuadas por voluntarios, se tomó la determinación de ordenar la confección de su retrato, culminando anoche la tarea con una Sesión, a la que asistieron sus familiares, y en la que nuestro Director, don Víctor Lara Sagredo, hiso uso de la palabra, destacando las hermosas cualidades de quién fuera nuestro voluntario Cándia.
Como dijo el mayor de sus hijos, al ver el retrato que la Sexta colocó anoche en solemne ceremonia en el Salón de Sesiones: “ pareciera que mi padre fue autorizado para estar esta noche entre nosotros para ver su retrato tan vivo”.
Don Luis Mario Cándia, original de la ciudad de Angol, ingreso a la Sexta en el año 1952 integrando la Guardia Nocturna. Inmediatamente se destacó de entre sus pares por ese marcado acento de disciplina que además supo desarrollar en su vida laboral. Entre otros, ocupó los cargos de Director, Capitán, Teniente y Ayudante, siendo siempre reconocido por esa inconfundible marcialidad y apego absoluto a lo disciplinario.
Es sin lugar a dudas, la tragedia del incendio de calle Amunátegui en el año 1962, aquella que lo marcó para siempre, no sólo por la pérdida de dos de sus voluntarios aquella noche (ambos miembros de la Guardia Nocturna), sino además por las secuelas físicas que a partir de entonces lo acompañaron por el resto de su vida.
La Sexta, en justicia y absoluta gratitud a su vida bomberil, tomo el acuerdo para perpetuar su recuerdo entre los retratos de los hombres sextinos ilustres que han entregado a ella, su Compañía, sangre y gran parte de su vida para el engrandecimiento de la misma; dejando muchas veces de lado a la familia, oportunidades laborales y enfatizando un especial desinterés por la propia vida en cumplimientos del deber.
A.P.S.